LA HEGEMONIA EN ESTADOS UNIDOS
COMO EMPEZO LA HEGEMONIA EN ESTADOS UNIDOS
En su fase de emergencia, se ha observado en las hegemonías la propensión a favorecer una ideología progresista-revolucionaria, concebida como un conjunto de ideas tendientes a implementar una reforma muy profunda o total en diversos ámbitos de la actividad humana. Bajo esta ideología, el Estado desempeña un rol fundamental, que funge como impulsor y garante de los procesos sociales. De hecho, si el Estado no cataliza la metamorfosis que experimenta la sociedad, la hegemonía que se encuentra en su fase de emergencia puede verse interrumpida y trunca.
En
lo que se refiere a sus implicaciones hacia el exterior, el uso de la ideología
progresista-revolucionaria obedece a la necesidad de adquirir o incrementar el
poder. De ahí que, en esta fase, el poder hegemónico emergente contemple
alianzas -ya sea con algunas potencias mundiales consolidadas, como con otras
potencias ascendentes- para tratar de incrementar su poder nacional. Así, las
Provincias Unidas en la segunda mitad del siglo XVI, el Reino Unido a mediados
del siglo XVIII y Estados Unidos a inicios del siglo XX, asumieron ideologías
progresistas-revolucionarias para el desarrollo de sus hegemonías.
FASE DE DEPLIEGUE
En las fases de despliegue y apogeo, los poderes hegemónicos asumen una ideología liberal. El aventajamiento alcanzado por el país hegemónico en la fase anterior incrementa la centralización de capitales en torno a sus principales ciudades, eleva los estándares de vida en el conjunto de su sociedad y pasa a convertirse en el «faro» para el desarrollo científico-tecnológico, por lo cual el cambio hacia el liberalismo se instrumenta con el propósito de consolidar sus ventajas competitivas.
Pero también el poder hegemónico
impulsa el liberalismo para neutralizar a posibles Estados competidores. Así,
en esta fase el país se muestra especialmente abocado ya no a incrementar su
poder, sino a consolidarlo y demostrarlo; y precisamente el ambiente más
propicio para hacerlo es en la libre competencia. Tanto las Provincias Unidas
en la primera mitad del siglo XVII, como el Reino Unido a finales del XVIII e
inicios del XIX y Estados Unidos a mediados del XX, asumieron y promovieron el
liberalismo (filosófico, económico y político) como ideologías hegemónicas.
FASE DE DECLIVE
Las hegemonías mundiales tienden
a orientar su política internacional desde una ideología conservadora. ¿Por qué
el país hegemónico vira ideológicamente desde el liberalismo al
conservadurismo? La respuesta se encuentra en la fase anterior, pues de hecho
el liberalismo engendra su propio declive. Las ventajas competitivas alcanzadas
décadas antes por el poder hegemónico son difundidas entre los Estados
competidores gracias al sistema de libre competencia establecido por el mismo:
el liberalismo lleva a la democratización de las ventajas tecnológicas y
productivas del país, especialmente, con sus contrincantes. Así, el poder
hegemónico pierde su aventajamiento y, en términos relativos, comienza a
declinar. En un esfuerzo por frenar los cambios estructurales, el país declinante
abandona paulatinamente la ideología liberal y asume una de tipo conservadora:
en estos momentos buscará conservar su poder y statu quo internacional.
Las Provincias Unidas en la
segunda mitad del siglo XVII e inicios del XVIII, el Reino Unido en la segunda
mitad del XIX y Estados Unidos en las últimas dos décadas del XX asumieron, con
diversos matices, posturas conservadoras de cara a las irrefrenables
reducciones de su poder nacional, ocasionando siempre críticas a su liderazgo y
rechazo a su política internacional.
LA NUEVA ORDEN MUNDIAL Y LAS REDEFINICION DE ESTADOS UNIDOS
La redefinición del rol de Estados Unidos con la presidencia de Trump, tendrá un impacto directo en el devenir de otros países: varias potencias mundiales -hasta ahora socios estratégicos de Estados Unidos en el G7, la Unión Europea y la Organización del Tratado del Atlántico Norte- podrían verse seriamente afectadas por la falta de liderazgo y compromiso de la potencia ex hegemónica. Este cambio generará vacíos de poder en la estructura internacional que bien podrían ser ocupados por potencias regionales que se hayan mostrado como «emergentes» desde los primeros años del siglo XXI, concretamente China, India y Rusia. Todo ello, llevará a significativos ajustes en los «clubes» de potencias, sobre todo entre el G7, el Foro BRICS y el G20.
Sin duda, Trump no pretende
cerrar a Estados Unidos del mundo ni apartarlo de la globalización, pero muy
posiblemente veamos en su gobierno ejecutar una suerte de «espléndido
aislacionismo» estadounidense, es decir, la conducción de su país como una
potencia mundial ex hegemónica que actuará con mucha mayor prudencia y cautela.
Todo esto no debe ser motivo de preocupación, sino simplemente de
reconocimiento de que el rol de Estados Unidos en el siglo XXI será uno muy
distinto al que despeñó en el anterior.
Bibliografía
Ruvalcaba, D. M. (30 de MARZO de 2017). El fin del
ciclo hegemónico de Estados Unidos. Obtenido de
https://revistafal.com/el-fin-del-ciclo-hegemonico-de-estados-unidos/#:~:text=Entre%201914%20y%201944%2C%20Estados,de%20la%20nueva%20gobernanza%20internacional.
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